A puertas de desarrollarse el sufragio masivo, muchas son las expectativas que albergan los electores. Hay incertidumbre, duda, dogmatismo y pesimismo. Todo ello es entendible, pues el menú está “tela”. No hay para escoger. ¿Cuál es la razón? Se dice que los países se merecen los gobernantes que tienen ya que ellos no son más que el fiel reflejo de su idiosincrasia. Y no tenemos argumento para refutar ello, pues como abanico político tenemos “recuerditos” a los ya inmortales “lava pies”, “roba luz”, el inefable “mata perro” y otros más. Sin duda, estos casos delimitan nuestra cultura peruana: Patrones que pagan sueldos irrisorios pero les mandan hacer “trabajitos” extras, criolladas e impunidad ante faltas graves.
ASÍ QUE ESTE 10 DE ABRIL VOTE, PERO VOTE POR EL MENOS “PEOR”.
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